Tarde.
Pide 5 minutos mas al despertador, es que hace frio y la camita tan calientita. Pero grave error ahora corre peligro de perder el tren y lo más importante perder su cita.
Esa cita que desea y espera cada semana, ducha a todo correr, mudarse enojada porque se da cuenta que como siempre no tiene que ponerse, con lo que le gusta prepararse para la cita y no olvidar el perfume, aquel que huele a manzanas que le gusta a el, por aquello del pecado original, le dice.
Sale a todo correr, todavía peinándose el pelo con los dedos.
Llega a la estación de ese pequeño pueblo, todavía medio brumoso de la mañana, con frio otoñal y silencio absoluto, pero el no esta, no esta!!!!!
Duda entonces, si subirá al tren si sabe que el no va a ir?, pero no puede ser, el no faltará, no ha faltado nunca, tal vez es que también le pidió 5 minutos al despertador. Paciencia!!!
Pito del tren y se empieza a poner nerviosa pues mira a su alrededor y no esta, duda en subir de pronto de casi la anda aparece el, escondido detrás de la columna con su chaqueta, gafas oscuras y la sonrisa malévola de siempre, esa misma la que la tiene embrujada.
Y ahora no sabe que hacer, debería castigarle, y se lo piensa, es que jugarle una broma de esas, cuando sabe lo importante que son esas citas. Duda un momento pero sube derrotada y también feliz.
Escoge su asiento el de siempre, el de cada fin de semana, disimulando mira hacia atrás y ahí va el, en su mismo asiento, el de siempre, y ya segura se sienta a disfrutar del paisaje y anticipar lo que les espera en la ciudad, llega el señor controlador de los boletos y el no tiene cambio para su billete y ella sin dinero suelto, por un momento no sabe que hacer y piensa que el va atrás y que podría ayudarle, pero seria descubrirse ante los viajeros que siempre son los mismos los que van en el tren. Se acabaría el juego.
Sonríe el controlador al verla tan turbada y le dice “tranquila bonita me lo pagaras la próxima semana”. Así que respira hondo y se tranquiliza.
Y piensa que no sabe como empezó, estas citas en silencio, viven en el mismo lugar , están juntos y nadie lo sabe, que es un juego, para salvarse de la rutina, aquella que mata las relaciones amorosas y de las cuales ambos están curtidos, se encuentran en las calles del pueblo y ni se miran siquiera, nadie lo sabe, ni nadie sospecha, salen en ese tren durante todo ese día, conversan, se ríen, disfrutan de su compañía y lo mas importante es que se aman, hasta que es la hora de volver a tomar ese tren con el cual regresan de su fantasía, de su juego de amor a la realidad de sus vidas.
No son casados ni están con nadie, simplemente escogieron estar así, salvaguardar su amor, llevar sus vidas separadas y esto no están dispuestos a compartirlo con nadie.
Llegan a su destino, baja ella en la estación y el bajará en la siguiente, así le da tiempo a estar preparada para recibirle y besarle y disfrutarle y amarle………………
Y justo cuando termine ese día y pase el tren de las 8; 34 se subirá el primero y ella en al siguiente estación, pensaran en el otro todo el camino, viendo por la ventana y al llegar a su destino, se separaran otra vez a vivir sus rutinas y ansiando el próximo día para estar juntos otra vez.
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