Recuerdos
Hoy que gente que quiero mucho esta de cumpleaños vienen recuerdos a mi mente.
Cuando éramos niños mis hermanos y yo y era nuestro cumpleaños, mi padre se levantaba muy temprano y nos ponía a todo volumen un disco del cumpleaños feliz y las mañanitas, estamos hablando que eran las 6:00 a.m. y nos despertaba a todos, sin más que decir que todo el vecindario era alertado de la buena nueva.
La noche anterior al cumpleaños pensaba mucho en lo que sucedería muy temprano al día siguiente, con especie de vergüenza pero con gusto también, de orgullo de que mi papi haría algo así por mi y mis hermanos.
Muchas veces me despertaba antes de su acción, con especie de emoción, que sucedería, con los ojos cerrados y la cabeza bajo las mantas, agudizando el oído, para adivinar cada uno de sus pasos y ensayar la sorpresa que me causaría oír la música y su posterior entrada a mi habitación para darme un beso y sus felicitaciones que siempre iban de la misma manera cantando a toda vos acompañando al disco la canción del cumple feliz y las posteriores quejas mías y de mis hermanos, por despertarnos y diciendo luego del abrazo y beso “Que dios te conserve mi amor”
Así era mi padre.
Cuando eres adulto recuerdas estos detalles que hacen especial tu vida yo recuerdo estos momentos que mantiene viva la memoria de mi padre en mi, sus gestos, sus acciones espontaneas como sus cosquillas en mis pies que sabia que me hacían reír a carcajadas, sus besos de barba rasposa en mi cara, sus gestos cariñosos, sus manos de oso que nunca olvidaré.
Ahora, cada año y es mi cumpleaños cuando amanece y despierto en mi cama, soy esa niña otra vez meto la cabeza bajo las mantas, agudizo el oído y espero que tal vez, solo tal vez escuche el andar de sus pasos a ponerme ese disco, que me hacían sentir esa niña tan querida otra vez.